Un tramo del legendario Qhapaq Ñan, la ruta que recorrió el inca Atahualpa en su último viaje desde Los Baños del Inca hasta Cajamarca para encontrarse con los españoles en 1532, será puesto en valor con un proyecto que mejorará su transitabilidad. La obra, impulsada por la Municipalidad Provincial de Cajamarca, abarcará desde la vía de Evitamiento Sur (a la altura del puente amarillo) hasta la avenida La Cantuta, con una inversión de 5.5 millones de soles. El proyecto contempla veredas, adoquinado, defensa ribereña y esculturas conmemorativas de la época inca.
El inicio de los trabajos está previsto para esta semana y cuenta con la aprobación del Ministerio de Cultura. La ejecución tomará 180 días y no solo mejorará el tránsito peatonal, sino que también beneficiará directamente a los vecinos de la zona. La intervención busca recuperar un espacio abandonado, dándole un nuevo valor histórico y cultural a un tramo clave del antiguo camino incaico.

Fernando Silva Martos, gerente de Turismo y Cultura de la municipalidad, explicó que esta obra representa una puesta en valor patrimonial importante para Cajamarca. Señaló que el proyecto se desarrolló en coordinación con instituciones como la Dirección Desconcentrada de Cultura (DDC) y resaltó que no solo se trata de una mejora física, sino de una reactivación del legado histórico que puede convertirse en un nuevo atractivo turístico.
Además, Silva destacó que se han utilizado herramientas de realidad virtual para ilustrar cómo lucirá el tramo tras la intervención. Esto ha permitido socializar el proyecto con mayor claridad entre la población y mostrar su potencial. También indicó que se ha trabajado para ordenar el tránsito vehicular intenso que había en la zona, dándole prioridad al componente cultural y turístico.
El Ministerio de Cultura ha declarado este tramo como peatonal, y la primera etapa contempla muros de contención para proteger el margen del río San Lucas, que suele desbordarse en época de lluvias. La exdirectora de la DDC Cajamarca, Carla Díaz García, saludó la iniciativa de la municipalidad, aunque señaló que el tratamiento arquitectónico del camino no fue el más adecuado. A su juicio, el uso de adoquines no respeta el carácter original de la ruta, y propuso que se utilice piedra laja, que era más fiel al tipo de camino inca y no representaba un mayor costo.

Díaz recordó que desde hace años se propuso que este tramo se convirtiera en vía peatonal y turística, pero lamentó que no se haya incluido un enfoque más integral en la intervención. Recalcó que, pese a la inversión, aún queda pendiente continuar con la recuperación de otros tramos importantes del Qhapaq Ñan que conectan con la avenida Atahualpa, el jirón El Inca y otras zonas del centro de Cajamarca, todas cargadas de significado histórico.
La arquitecta también subrayó que el proyecto tiene el potencial de generar impacto económico local, siempre que se acompañe con estrategias de activación cultural. Propuso incentivar a los vecinos para ofrecer servicios turísticos, como restaurantes, venta de artesanía o rutas guiadas. De esta forma, el camino inca no solo recuperaría su valor simbólico, sino que se convertiría en un motor de desarrollo.
Finalmente, Díaz recordó que este tramo fue recorrido por Atahualpa en su último viaje antes de ser capturado por los españoles, un hecho clave en la historia del Perú. “Si aspiramos a que Cajamarca sea reconocida como patrimonio de la humanidad, debemos tratar con el mismo nivel de cuidado todas las evidencias relacionadas con este acontecimiento, como se hace con el Cuarto del Rescate”, dijo. Añadió que también es urgente preservar rutas como La Shicuana, por donde ingresaron los españoles, para completar la narrativa histórica que Cajamarca tiene para ofrecer al país y al mundo.