Este 30 de mayo, se realizó el I Simulacro Nacional Multipeligro 2025, organizado por el Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci). El objetivo de esta jornada es fortalecer la cultura de prevención frente a desastres naturales, con especial énfasis en la posibilidad de un gran sismo, pronosticado por expertos. El simulacro va más allá de ser un simple ejercicio: nos recuerda la importancia de estar informados, organizados y preparados para lo inevitable.

«Un gran sismo podría no solo causar numerosas muertes y heridos, también puede destruir más de 353 000 viviendas en Lima, de acuerdo con Indeci. Por ello, es crucial conocer los riesgos del entorno, respetar las normas técnicas y observar factores, como el tipo de suelo y el estado de las construcciones. De esta manera, garantizamos no solo nuestra seguridad, sino también la protección de nuestra inversión», explica Ricardo Madrid Argomedo, docente de la Carrera de Ingeniería Civil de la Universidad de Lima.

Por ello, el ingeniero Madrid Argomedo recomienda seguir esta guía como orientación práctica para evaluar los riesgos antes de tomar decisiones importantes.

1. ¿Sabes qué tipo de suelo pisas?

Los suelos rocosos o firmes absorben mejor las ondas sísmicas. En cambio, los suelos arenosos o de relleno pueden amplificar el movimiento. Si no tienes acceso a información técnica, observa: si hay construcciones altas y antiguas en buen estado en los alrededores, es una señal positiva. “En Lima, zonas como Chorrillos y La Molina tienen suelos poco estables. El Callao, además, enfrenta riesgo de maremotos. En otras regiones, como Piura,  Trujillo o Chimbote, los suelos también pueden ser inestables, mientras que el sur del país presenta mayor actividad sísmica”, advierte Ricardo Madrid Argomedo.

2. ¿Está bien construida la estructura?

Verifica que la vivienda o edificio tenga columnas de concreto y muros confinados, es decir, reforzados con elementos estructurales como vigas y soportes perimetrales que mejoren su estabilidad. Grietas visibles, paredes muy delgadas y techos sin refuerzo son señales de alerta. En barrios informales o zonas con muchas viviendas autoconstruidas, el riesgo suele ser mayor.

“Una construcción segura debe cumplir la Norma Técnica de Diseño Sismorresistente E.030 del Reglamento Nacional de Edificaciones. Los edificios construidos antes de su última actualización en el 2019 deben ser evaluados para definir si requieren reforzamiento”, señala el experto.

3. ¿Estás cerca de zonas de alto riesgo?

El ingeniero recomienda evitar lugares cercanos a laderas, ríos o costas, ya que pueden ser zonas propensas a deslizamientos, inundaciones o tsunamis. También es importante observar si hay fallas geológicas activas cerca y si en la zona han ocurrido desastres naturales en el pasado.

“Las fallas geológicas son fracturas en la tierra donde las placas del suelo se mueven; cuando ese movimiento es brusco, puede generar un sismo”, destaca Madrid. Conocer estos riesgos puede ayudarte a tomar decisiones más seguras antes de mudarte a una zona.

4. ¿Qué dicen los vecinos y las autoridades locales sobre la zona?

La experiencia de quienes ya viven en la zona es valiosa. Pregunta cómo han respondido las construcciones durante sismos pasados. Además, puedes acercarte a la municipalidad o consultar plataformas como la del Centro Nacional de Estimación, Prevención y Reducción del Riesgo de Desastres (Cenepred), en la que se publican mapas de riesgo sísmico. En áreas vulnerables, es obligatorio contar con estudios técnicos que identifiquen los peligros potenciales.

5. ¿Tu zona tiene lo esencial para emergencias?

Observa si los colegios, hospitales y comercios están bien construidos, si hay espacios de evacuación señalizados y si los servicios básicos están instalados correctamente. Todo esto contribuye a una mayor seguridad frente a desastres.

“Seguir estas recomendaciones puede ayudarte a tomar decisiones más informadas y seguras”, finaliza el docente Madrid. La prevención también depende de la preparación ciudadana. Participar activamente en simulacros, conocer las rutas de evacuación y las zonas seguras dentro de cada edificio puede hacer una gran diferencia. Esto no solo protege tu vida, también la de quienes te rodean.