Mar. Mar 21st, 2023

Un diagnóstico desarrollado por la actual gestión del alcalde Jorge Muñoz arrojó que cinco zonas de Lima concentran la mayor cantidad de ambulantes ocupando la vía pública y requieren la intervención de las autoridades.

El Mercado Central y la zona de Mesa Redonda son los lugares «más invadidos»  y por ende donde se generan los mayores problemas. En orden de complejidad le sigue la zona de Tacora, ubicada en las primeras cuadras de la avenida Aviación y calles aledañas, donde por años se ha vendido no solo objetos usados sino robados.

También la avenida Argentina, en la zona conocida como Las Malvinas, donde están instalados los ferreteros;  los alrededores del antiguo Centro Cívico, lugar que reúne entre otros a los vendedores de bisutería artesanal y de comida preparada; y finalmente, el Damero de Pizarro (Jirón de la Unión y alrededores)

“Son entre 10,000 y  a 14,000 vendedores de las calles, algunos están solo por unos pocos meses, pero otros tienen 30 años”, comentó a la Agencia Andina Zuleyka Prado, gerente de Fiscalización de la comuna metropolitana.

Primeros pasosEn este proceso largo y progresivo ya se dieron los primeros pasos. Uno de ellos ha sido la limpieza de las dos primeras cuadras de la avenida Aviación a partir de la avenida Grau, donde se acaba de recuperar un carril para el tránsito de vehículos que antes ocupaban los vendedores.

Prado manifestó que este avance se logró dialogando con los comerciantes, quienes al sentir la presencia de la municipalidad entendieron que deben respetar las normas.

“Ellos mismos (los ambulantes), pese a ser informales, tienen sus representantes con quienes conversamos y entendieron que no pueden invadir la pista. Ahora allí el tránsito vehicular es fluido pero luego iremos a recuperar la berma y la vereda porque de todas maneras deberán retirarse de la avenida”, señaló.

Proyectos comerciales

Prado agregó que las propias características de las zonas obliga a hacer diferentes tipos de operativos de acuerdo al diagnóstico que se tiene. “Nuestra propuesta es erradicar y retener la mercadería pero también estamos trabajando con otras gerencias de la municipalidad para que los comerciantes tengan alternativas de espacios temporales”.

Citó como ejemplo de esa alternativa algunas zonas del Cercado de Lima como las plazuelas, donde se podría hacer con los vendedores de comida ferias gastronómicas temporales los fines de semana y los demás días el espacio queda libre para el tránsito de las personas.

En el caso específico de Las Malvinas, la funcionaria indicó que existen terrenos amplios en los alrededores de la avenida Argentina, cuyos propietarios podrían desarrollar proyectos económicos, como galerías y ferias para que los ocupen los informales. En ese caso, dijo, lo que se requiere es modificar la zonificación de industria a comercial, e impulsar los proyectos. 

La funcionaria edilicia anotó asimismo, que para ayudar a descongestionar la ciudad de Lima de vendedores ambulantes es necesario que las municipalidades distritales  creen sus propios desarrollos económicos para que esos comerciantes  no tengan que venir hasta el Cercado de Lima a ofrecer sus productos.

La idea – explicó – es que esos ambulantes asuman el compromiso de permanecer allí solo por un tiempo y luego formalizarse.

Las dos caras de Tacora 

El caso propiamente dicho de Tacora es singular pues, para la municipalidad, esta zona está dividida en dos. Una de ellas es la parte de la avenida Aviación en el sentido de Grau-México y la otra,  las pistas en sentido México- Grau,  que es la que reviste mayor peligro.

“En esas pistas  se ubica mucha más gente de mal vivir, hay cantinas que venden licores de muy mala calidad y mucha drogadicción. Generalmente, allí llegan quienes han robado algo para venderlo rápidamente”, comentó.
Anotó que la situación que se vive en ese lado de Tacora requiere de una intervención de otro tipo con la Policía Nacional y con una estrategia diferente.

La funcionaria reconoció que una operación de recuperación de las calles que genere enfrentamiento tendría un resultado más rápido pero desataría un problema social.  “Por eso estamos tratando de conversar para llegar a soluciones entre ambas partes, aunque igualmente seguimos haciendo investigación en toda la zona para una futura intervención».

El nombre de Tacora se hizo popular porque hace varias décadas atrás funcionaba en el lugar un mercado de autopartes robadas, que la gente llamaba Tacora Motors. Siempre fue considerado un sitio sumamente peligroso y con el tiempo comenzó a aglutinar  a gente que vendía ropa usada, artículos de segunda y tercera mano como cocinas, coches y hasta inodoros, así como también objetos robados.

Por admin


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