Arequipa enfrenta una seria crisis de planificación urbana debido a la paralización del Plan de Desarrollo Metropolitano (PDM) 2016–2025, actualmente judicializado por una medida cautelar que ha suspendido su aplicación en aspectos clave relacionados con la zonificación y el desarrollo urbano. Esta situación ha generado un crecimiento desordenado de la ciudad, el avance acelerado sobre suelos agrícolas y un incremento de la informalidad en la construcción.
“El crecimiento urbano en Arequipa se desarrolla de manera desordenada y acelerada, avanzando sobre terrenos destinados a la agricultura” – indicó Ing. Julio Cáceres Arce, presidente de la Cámara Peruana de la Construcción – Arequipa (CAPECO).
Según datos del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego, en solo siete años Arequipa ha perdido el 73 % de su suelo agrícola, pasando de 41 025 hectáreas en 2018 a apenas 10 969 hectáreas en la actualidad. A ello se suma que más del 40 % de las edificaciones son informales, muchas de ellas ubicadas en zonas patrimoniales o de alto riesgo, lo que representa una grave amenaza en una ciudad altamente vulnerable a sismos.
El impacto económico y social también es significativo. A noviembre de 2022, CAPECO estimó que la suspensión del PDM ha impedido la generación de alrededor de 30 mil empleos y ha frenado inversiones por aproximadamente 700 millones de dólares destinadas a la construcción de 55 mil viviendas. Además, cerca del 50 % del área urbana de Arequipa se encuentra asentada en condición ilegal, elevando el riesgo de colapsos ante eventuales movimientos telúricos.
A este escenario se suman serias deficiencias en servicios básicos y transporte. En varios distritos periféricos, los asentamientos humanos carecen de acceso adecuado a agua potable y alcantarillado, mientras que el transporte público obliga a los ciudadanos a perder entre dos y tres horas diarias en desplazamientos, superando ampliamente los estándares aceptables de calidad de vida en la región.
Frente a esta problemática, Cáceres, señaló que la última propuesta del PDM resulta insuficiente para enfrentar los desafíos reales de la ciudad. Entre las principales observaciones, indicó que el plan no aborda de manera efectiva la informalidad inmobiliaria, no define zonas claras de expansión urbana ni proyectos viales estratégicos, y carece de una adecuada articulación con el Gobierno Regional, las municipalidades distritales y entidades clave como Sedapar, Seal y la Autoridad Nacional del Agua.
Asimismo, advirtió que el PDM excluye áreas ya consolidadas, afectando su acceso a servicios básicos y su proceso de formalización, y no contempla de manera adecuada zonas productivas e industriales, logísticas, de transporte ni de tratamiento especial, fundamentales para el desarrollo económico de la región y para dar soporte a actividades como la minería y la gestión de residuos.
CAPECO plantea la necesidad de realizar ajustes urgentes al PDM, incorporando una visión más ambiciosa e integral que reconozca el crecimiento real de Arequipa, defina nuevos ejes de desarrollo, garantice la provisión de infraestructura básica y promueva un ordenamiento territorial sostenible. “Solo a través de un PDM fortalecido y consensuado será posible reducir la informalidad, proteger el suelo agrícola, mejorar la calidad de vida de la población y reactivar la inversión y el empleo en la ciudad”, agregó.
La posición de la Cámara Peruana de la Construcción fue expuesta en el Informe Económico de la Construcción (IEC) N.° 95, como un llamado urgente a las autoridades para destrabar la planificación urbana y encaminar el desarrollo ordenado y seguro de Arequipa.
