Jue. Jun 12th, 2025

Científicos desarrollan material de construcción «vivo» y autorreparable

En un contexto global cada vez más consciente del impacto ambiental, la industria de la construcción enfrenta uno de sus mayores desafíos: reducir su huella de carbono. Materiales tradicionales como el cemento y el hormigón, ampliamente utilizados en edificaciones de todo tipo, son responsables de cerca del 10% de las emisiones globales de dióxido de carbono. Frente a este panorama, la comunidad científica ha intensificado la búsqueda de alternativas sostenibles y de bajo impacto ambiental.

Una de las innovaciones más prometedoras proviene de un equipo de investigadores de la Universidad Estatal de Montana, en Estados Unidos. Ellos han desarrollado un material de construcción “vivo”, compuesto por hongos y bacterias. Este nuevo compuesto, que utiliza el hongo Neurospora crassa, tiene la capacidad de autorrepararse y, además, captura dióxido de carbono durante su formación, lo que lo convierte en una alternativa ecológica de gran potencial.

Según el estudio publicado en la revista Cell Reports Physical Science, la base del material es el micelio, una red de filamentos de los hongos que, al combinarse con bacterias capaces de generar carbonato cálcico, da origen a una estructura sólida y resistente. A medida que el micelio crece, actúa como un andamiaje natural que las bacterias mineralizan, creando un bloque firme y funcional. Lo más innovador es que este material puede mantenerse “vivo” durante semanas, lo que le permite repararse a sí mismo en caso de daño estructural.

No obstante, sus creadores reconocen que aún está lejos de reemplazar al hormigón en todas sus aplicaciones. “Los materiales biomineralizados no tienen la resistencia suficiente todavía, pero estamos trabajando para mejorar sus propiedades y ampliar su uso”, señaló Chelsea Heveran, líder del proyecto. Aun así, la posibilidad de contar con edificios que se autoreparen y ayuden a capturar carbono abre un nuevo horizonte para la arquitectura sostenible.

Esta tendencia hacia los biomateriales también se observa en otros países. En España, investigadores de la Universidad Politécnica de Cartagena desarrollan materiales bioembasados a partir de micelio, cultivado sobre residuos agrícolas. Estos avances permiten crear ladrillos biodegradables y ecológicos. “Es una oportunidad para construir de manera respetuosa con el planeta y contribuir a la regeneración medioambiental”, afirmó una de las científicas del equipo. Todo indica que el futuro de la construcción será cada vez más orgánico, inteligente y comprometido con el medio ambiente.

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