- Las zonas urbanas bien planeadas pueden reducir los niveles de estrés hasta en un 15% y mejorar el acceso a espacios verdes repercute en mejora en la calidad de vida de la población urbana. Según estimaciones de la OMS, el 91% de las personas respira aire contaminado en ciudades como Lima.
- Los espacios públicos no solo deben ser funcionales, sino también inclusivos y capaces de adaptarse a las necesidades de la sociedad, reforzando el verde vegetal en la ciudad, enfatiza el decano de la Facultad de Arquitectura y Diseño de UCAL.
En la actualidad, más de la mitad de la población mundial vive en áreas urbanas, y se proyecta que este porcentaje se incrementará al 68% para el año 2050, según el Programa de Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU-Hábitat). En Perú según datos del INEI, el 79.3% de la población vive en centros urbanos, donde el 50% de estos centros son de menos de 50 mil habitantes. Es decir son centros urbanos con un alto contenido de dispersión urbana.
Ante ello, las ciudades enfrentan el desafío de crecer de forma sostenible y el diseño urbano emerge como una herramienta fundamental para promover la cohesión social, la movilidad y la sostenibilidad.
Por eso y en el marco del Día Mundial del Urbanismo, una fecha que tiene como propósito generar conciencia sobre la planificación, creación y gestión de comunidades urbanas para que sean sostenibles, inclusivas y capaces de adaptarse a desafíos futuros, José Ignacio Pacheco, Decano de la Facultad de Arquitectura y Diseño de la Universidad de Ciencias y Artes de América Latina (UCAL), recuerda la importancia de esta disciplina para garantizar una mejora en la calidad de vida de vida de las personas.
“Un buen diseño urbano es fundamental para crear ciudades que promuevan el bienestar, la seguridad y la integración de sus habitantes. Más que planificar edificios, se trata de diseñar un entorno que fomente la cohesión social, la sostenibilidad ambiental y el respeto por el espacio compartido, donde la calle es el espacio urbano por excelencia. Y el alineamiento de fachadas respetando retiros, proporciona la continuidad del texto y contexto urbano”, explicó el decano. “En mi rol como arquitecto y educador busco que los futuros profesionales comprendan cómo un diseño urbano pensado conscientemente puede transformar no solo la calidad de vida de las personas, sino también su impacto en la ciudad y sus comunidades. Los espacios urbanos no solo deben ser funcionales, sino también inclusivos y capaces de adaptarse a las necesidades de la sociedad”, agregó.
Hoy en día, por ejemplo, estudios recientes sobre urbanismo y salud pública de ONU-Hábitat, demuestran que un urbanismo bien planificado puede reducir los niveles de estrés hasta en un 15% y mejorar el acceso a espacios verdes contribuye a limpiar el ambiente, ya que según estimaciones de la OMS, el 91% de las personas respira aire contaminado en ciudades como Lima. Por eso, urge crear parques urbanos extensos y reforestar los existentes en las zonas periféricas de la ciudad, y así aumentar las actividades recreativas, promoviendo estilos de vida más saludables.
El diseño urbano es clave para transformar las ciudades. En ese sentido, el experto explica tres aspectos en los que se mejora la calidad de vida de las personas:
- Accesibilidad y seguridad: un informe de McKinsey & Company en movilidad urbana señala que cuando los espacios están bien diseñados y contemplan a todas las personas, especialmente a aquellas con movilidad reducida, se observa una disminución de hasta un 20% en accidentes viales. “Al priorizar rutas seguras para peatones y ciclistas, se fomenta un tránsito más ordenado y se mejora la convivencia en el espacio público. Estas infraestructuras inclusivas reducen barreras físicas y generan un entorno donde la seguridad y la facilidad de acceso están al alcance de todos”, complementó el decano de la Facultad de Arquitectura y Diseño de UCAL.
- Promueve el transporte sostenible: un buen diseño urbano optimiza la movilidad y promueve el uso de modos de transporte sostenibles. Por ejemplo, al planificar calles con carriles para bicicletas, aceras sin obstáculos y transporte público accesible y seguro, se facilita el desplazamiento de los ciudadanos sin depender de vehículos privados. “Una mejor infraestructura de transporte ayuda a conectar a los habitantes con servicios esenciales, fomentando un acceso equitativo a oportunidades económicas y sociales, sobre todo con carriles bici que permitan circular de manera segura por todas las avenidas y bajar a la playa. Es decir, que todos los recorridos estén interconectados”, precisó José Ignacio Pacheco.
- Reducción de la contaminación: un buen diseño urbano contribuye a la reducción de la contaminación y mejora la calidad del medio ambiente al incorporar elementos como áreas verdes, sistemas de drenaje sostenibles y espacios públicos bien planificados. La creación de más parques y jardines no solo ayuda a absorber CO2, sino que también filtra contaminantes del aire, contribuyendo a una mejor calidad del aire.
Como se observa, el diseño urbano tiene el poder de fomentar la cohesión social y la sostenibilidad, siendo clave para enfrentar los desafíos de la creciente urbanización y construir ciudades resilientes, accesibles y saludables. “En UCAL formamos a nuestros estudiantes considerando estos retos y brindándoles las herramientas necesarias para afrontarlos. Somos la única universidad que prepara a sus estudiantes en todas las ramas de arquitectura y que tiene un enfoque teórico-práctico de excelentes resultados, pues cuentan con más horas de talleres para experimentación con nuevas tecnologías. Esto les permitirá aplicar, sin problemas, todos sus conocimientos en la creación de espacios públicos que realmente beneficien a la comunidad”, concluyó el académico.
- Las zonas urbanas bien planeadas pueden reducir los niveles de estrés hasta en un 15% y mejorar el acceso a espacios verdes repercute en mejora en la calidad de vida de la población urbana. Según estimaciones de la OMS, el 91% de las personas respira aire contaminado en ciudades como Lima.
- Los espacios públicos no solo deben ser funcionales, sino también inclusivos y capaces de adaptarse a las necesidades de la sociedad, reforzando el verde vegetal en la ciudad, enfatiza el decano de la Facultad de Arquitectura y Diseño de UCAL.
En la actualidad, más de la mitad de la población mundial vive en áreas urbanas, y se proyecta que este porcentaje se incrementará al 68% para el año 2050, según el Programa de Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU-Hábitat). En Perú según datos del INEI, el 79.3% de la población vive en centros urbanos, donde el 50% de estos centros son de menos de 50 mil habitantes. Es decir son centros urbanos con un alto contenido de dispersión urbana.
Ante ello, las ciudades enfrentan el desafío de crecer de forma sostenible y el diseño urbano emerge como una herramienta fundamental para promover la cohesión social, la movilidad y la sostenibilidad.
Por eso y en el marco del Día Mundial del Urbanismo, una fecha que tiene como propósito generar conciencia sobre la planificación, creación y gestión de comunidades urbanas para que sean sostenibles, inclusivas y capaces de adaptarse a desafíos futuros, José Ignacio Pacheco, Decano de la Facultad de Arquitectura y Diseño de la Universidad de Ciencias y Artes de América Latina (UCAL), recuerda la importancia de esta disciplina para garantizar una mejora en la calidad de vida de vida de las personas.
“Un buen diseño urbano es fundamental para crear ciudades que promuevan el bienestar, la seguridad y la integración de sus habitantes. Más que planificar edificios, se trata de diseñar un entorno que fomente la cohesión social, la sostenibilidad ambiental y el respeto por el espacio compartido, donde la calle es el espacio urbano por excelencia. Y el alineamiento de fachadas respetando retiros, proporciona la continuidad del texto y contexto urbano”, explicó el decano. “En mi rol como arquitecto y educador busco que los futuros profesionales comprendan cómo un diseño urbano pensado conscientemente puede transformar no solo la calidad de vida de las personas, sino también su impacto en la ciudad y sus comunidades. Los espacios urbanos no solo deben ser funcionales, sino también inclusivos y capaces de adaptarse a las necesidades de la sociedad”, agregó.
Hoy en día, por ejemplo, estudios recientes sobre urbanismo y salud pública de ONU-Hábitat, demuestran que un urbanismo bien planificado puede reducir los niveles de estrés hasta en un 15% y mejorar el acceso a espacios verdes contribuye a limpiar el ambiente, ya que según estimaciones de la OMS, el 91% de las personas respira aire contaminado en ciudades como Lima. Por eso, urge crear parques urbanos extensos y reforestar los existentes en las zonas periféricas de la ciudad, y así aumentar las actividades recreativas, promoviendo estilos de vida más saludables.
El diseño urbano es clave para transformar las ciudades. En ese sentido, el experto explica a detalle tres aspectos en los que se mejora la calidad de vida de las personas:
- Accesibilidad y seguridad: un informe de McKinsey & Company en movilidad urbana señala que cuando los espacios están bien diseñados y contemplan a todas las personas, especialmente a aquellas con movilidad reducida, se observa una disminución de hasta un 20% en accidentes viales. “Al priorizar rutas seguras para peatones y ciclistas, se fomenta un tránsito más ordenado y se mejora la convivencia en el espacio público. Estas infraestructuras inclusivas reducen barreras físicas y generan un entorno donde la seguridad y la facilidad de acceso están al alcance de todos”, complementó el decano de la Facultad de Arquitectura y Diseño de UCAL.
- Promueve el transporte sostenible: un buen diseño urbano optimiza la movilidad y promueve el uso de modos de transporte sostenibles. Por ejemplo, al planificar calles con carriles para bicicletas, aceras sin obstáculos y transporte público accesible y seguro, se facilita el desplazamiento de los ciudadanos sin depender de vehículos privados. “Una mejor infraestructura de transporte ayuda a conectar a los habitantes con servicios esenciales, fomentando un acceso equitativo a oportunidades económicas y sociales, sobre todo con carriles bici que permitan circular de manera segura por todas las avenidas y bajar a la playa. Es decir, que todos los recorridos estén interconectados”, precisó José Ignacio Pacheco.
- Reducción de la contaminación: un buen diseño urbano contribuye a la reducción de la contaminación y mejora la calidad del medio ambiente al incorporar elementos como áreas verdes, sistemas de drenaje sostenibles y espacios públicos bien planificados. La creación de más parques y jardines no solo ayuda a absorber CO2, sino que también filtra contaminantes del aire, contribuyendo a una mejor calidad del aire.
Como se observa, el diseño urbano tiene el poder de fomentar la cohesión social y la sostenibilidad, siendo clave para enfrentar los desafíos de la creciente urbanización y construir ciudades resilientes, accesibles y saludables. “En UCAL formamos a nuestros estudiantes considerando estos retos y brindándoles las herramientas necesarias para afrontarlos. Somos la única universidad que prepara a sus estudiantes en todas las ramas de arquitectura y que tiene un enfoque teórico-práctico de excelentes resultados, pues cuentan con más horas de talleres para experimentación con nuevas tecnologías. Esto les permitirá aplicar, sin problemas, todos sus conocimientos en la creación de espacios públicos que realmente beneficien a la comunidad”, concluyó el académico.