El Perú enfrenta una recuperación desigual del tráfico de pasajeros, un rezago en la conectividad interregional e internacional, y una cartera de inversiones que avanza a un ritmo insuficiente. Superar estos desafíos exige trabajar en recuperar el turismo, promover una mayor conectividad y agilizar las inversiones en infraestructura.
Turismo que aún no despega
El aeropuerto internacional Jorge Chávez, el más importante del país, movilizó 24,5 millones de pasajeros en el 2024. Aunque esta cifra es 15,2% superior a la del 2023, aún se mantiene 3,6% por debajo de lo registrado en el 2019. Así, junto con los aeropuertos de Ciudad de México y Brasilia, sigue siendo uno de los pocos terminales de gran escala en la región que aún no recuperan su volumen prepandemia.
La principal razón del rezago responde a la menor llegada de turistas internacionales. Entre enero y setiembre del 2025, el Perú recibió 7,9 millones de visitantes del extranjero, 1% menos que en el mismo período del 2019. Este bajo desempeño está asociado a la pérdida de competitividad frente a otros destinos de la región. En el 2019, el Perú concentraba el 30% de las preferencias de los turistas chilenos; para el 2024, esta participación cayó a 20%. En cambio, aumentaron sus preferencias por visitar Argentina (de 30% a 34%) y Brasil (de 8% a 16%). En contraste, el tráfico local se ubica 17% por encima del nivel prepandemia.
Conectividad regional
Consolidar al Perú como destino turístico requiere no solo de mayor promoción y un entorno seguro, sino del desarrollo de nuevas rutas que conecten directamente las principales ciudades del país con el extranjero, evitando la dependencia de Lima como punto de ingreso. Sin embargo, el país se encuentra rezagado: solo existen cinco rutas aéreas internacionales que conectan con aeropuertos distintos de Lima, mientras que Colombia ha logrado establecer 67.
Además, tres de estas cinco rutas comerciales corresponden a vuelos hacia el aeropuerto del Cusco, que acumula el 75% del tráfico de turistas internacionales hacia aeropuertos regionales. El tráfico restante pertenece a las rutas Chiclayo-Panamá y Trujillo-Santiago de Chile.
Promover el desarrollo de nuevas rutas internacionales requiere actualizar los acuerdos bilaterales de transporte aéreo y ampliar las libertades aéreas vigentes. Según el Foro Económico Mundial, el Perú se encuentra entre los países con menor apertura en este ámbito en la región, superando solo a Bolivia, Ecuador y Venezuela. Esto limita la entrada de nuevas aerolíneas y reduce el espacio para diversificar y hacer más competitiva la oferta de conexiones desde los aeropuertos regionales.
Inversiones pendientes
El desarrollo de nuevas rutas interregionales e internacionales, y la entrada de nuevas aerolíneas, requiere del destrabe de inversiones que rehabiliten las pistas y amplíen los terminales de los principales aeropuertos del país.
A la fecha, existen proyectos en cartera por más de US$5.800 millones para desarrollar la infraestructura aeroportuaria regional. Sin embargo, estos se han visto obstaculizados por las demoras en su aprobación dentro del sistema de inversión pública, y afectados, también, por la alta rotación de los funcionarios responsables. En este sentido, la reciente firma de la adenda 11 aceleraría la ejecución de las inversiones del primer grupo de aeropuertos, pero se requiere un Ejecutivo comprometido durante al menos cinco años para sacar adelante estas inversiones.
Además, al 10 de diciembre, el MTC alcanzó un avance presupuestal de solo 56% de la inversión pública en infraestructura aeroportuaria, mientras que, en los últimos cinco años, el avance a inicios de diciembre ya rondaba el 90%. Las principales razones detrás del retraso están en el lento avance de la ejecución presupuestal en los aeropuertos de Chinchero (Cusco) y Juanjuí (San Martín). En el caso del primero, además, resulta clave que el MTC resuelva cómo y cuándo se finalizará su construcción, lo que retrasará aún más su eventual concesión junto con el tercer grupo de aeropuertos regionales.
Superar estos desafíos resulta imperante: un sector aeroportuario más eficiente y conectado impulsará la competitividad regional, el turismo y el comercio. Poner en agenda una política de Estado para cumplir este propósito es de las estrategias más prometedoras que se podrían escuchar en las próximas elecciones. «Diario El Comercio. Todos los derechos reservados.»










