De acuerdo con el Market Beat Latinoamérica de Oficinas del primer semestre 2025, elaborado por Cushman & Wakefield, la absorción neta en los siete mercados analizados—Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México y Perú— superó los 300.000 m², confirmando la recuperación del sector en la región. Tras un 2024 con señales de reactivación, el mercado mostró mayor dinamismo gracias a un entorno macroeconómico más estable y al retorno de esquemas presenciales o híbridos más firmes.
En Lima, el mercado clase A cerró el semestre con una renta promedio de USD 16,2/m²/mes, nivel estable frente a trimestres anteriores. En los corredores prime, los espacios se ocuparon rápidamente, mientras que en zonas secundarias algunos propietarios aplicaron incentivos. La vacancia se ubica en 13,2 %, con tendencia descendente gracias a una absorción neta positiva.
En este contexto, Denise Vargas, Market Research Manager de Cushman & Wakefield, comentó: “Lo que observamos es un regreso decidido hacia la calidad. Los ocupantes privilegian oficinas modernas, eficientes y con estándares que no solo buscan satisfacer la ocupación de espacios de trabajo sino también la dinámica de este. Esta tendencia, conocida como flight to quality, está marcando el pulso de los principales submercados de la región y Lima no es ajena a este fenómeno”.
El dinamismo en la capital peruana estuvo impulsado por todo tipo de industrias algunas de ellas vinculadas a la innovación, los servicios y la tecnología, que vienen consolidando la demanda por oficinas flexibles y colaborativas. Esta tendencia refleja no solo cambios en la forma de trabajo, sino también el interés de las compañías por contar con espacios que promuevan el bienestar de los colaboradores y la eficiencia operativa en el largo plazo.
A ello se suma una oferta de nuevo inventario controlada, con entregas moderadas aún proyectadas para los próximos años. En esta situación si la demanda continúa concentrándose en los corredores estratégicos, podrían generarse presiones alcistas en las rentas el final del año, con miras al 2026.
En la comparación regional, Santiago y Bogotá se consolidaron como los mercados más ajustados, con vacancias cercanas al 10 %. Lima se ubica en una posición intermedia, pero mantiene un ritmo de colocación moderada. En el otro extremo, Río de Janeiro mantiene tasas superiores al 20 %, por lo que mantiene un perfil mucho más flexible a través de descuentos e incentivos que impulsen la demanda y la ocupación. Esta fotografía refleja un proceso de mayor estabilidad de las tasas regionales como signo de una mayor madurez y prudencia al momento de poner en marcha nuevos proyectos, con el objetivo de mantener un balance entre oferta y demanda.
Para Lima, este escenario representa tanto un reto como una oportunidad: sostener un portafolio competitivo frente a otras capitales y, al mismo tiempo, consolidarse como una plaza atractiva para inversiones y relocalizaciones.
Sobre las perspectivas para el segundo semestre, Denise Vargas concluyó: “Se estima que en el mercado de Lima, la absorción continúe siendo positiva, con un mercado cada vez más orientado a la eficiencia y mejora en la oferta de espacios. Si la entrega de nuevos metros cuadrados se mantiene limitada, como una dinámica natural del mercado, es posible que los precios de renta comiencen a subir progresivamente”. Con estos resultados, la capital afronta la segunda mitad de 2025 con perspectivas positivas, una oferta moderada y un mercado de oficinas que aún continúa en crecimiento.