La Municipalidad de Miraflores anunció que en julio comenzará la remodelación de la pileta del óvalo central, con la intención de convertirla en una fuente cibernética que incluirá un espectáculo de luces y sonido. El proyecto tiene un costo de inversión de S/ 5,456,754.22 y busca modernizar este espacio emblemático del distrito. Sin embargo, algunos vecinos y especialistas han expresado preocupaciones sobre el impacto que esta obra podría tener en la identidad del barrio y la seguridad vial.
El proyecto, denominado “Mejoramiento de la pileta del óvalo central de Miraflores”, será financiado por el Plan Copesco Nacional, dependiente del Ministerio de Turismo y Comercio Exterior (Mincetur), y tendrá un plazo de ejecución de 90 días. La buena pro fue adjudicada al Consorcio Central. La remodelación contempla la instalación de una pantalla de agua para mostrar vistas holográficas, con figuras y temas que se proyectarán semanalmente. Además, se incorporarán chorros de agua de colores y presión variable, controlados por tecnología cibernética y digital.
La municipalidad destacó que el óvalo central está ubicado en un punto estratégico donde convergen las avenidas Arequipa, José Pardo, Ricardo Palma, Diagonal y Larco, lo que lo convierte en un entorno económico y social relevante para el distrito. En ese sentido, la intervención pretende actualizar la infraestructura para que cuente con equipos y sistemas tecnológicos modernos, acordes a los tiempos actuales. A través de la red social X, la comuna difundió un video anunciando que el óvalo “vivirá una gran transformación” con la incorporación de dos fuentes y un sistema de luces y sonido para resaltar la zona.
Sin embargo, esta propuesta ha generado críticas entre algunos vecinos. Celso Graña manifestó su desacuerdo, argumentando que la obra afecta el valor arquitectónico del distrito y le resta identidad. Además, acusó al alcalde Carlos Canales de priorizar intereses turísticos y empresariales, señalando que esta remodelación busca atraer visitantes para impulsar negocios turísticos, sin considerar el beneficio real para los residentes. Otro vecino, que prefirió mantener el anonimato, denunció que no hubo consulta vecinal previa y que la duración de las obras afectará la actividad comercial y la vida cotidiana de los habitantes.
El ingeniero con maestría en Urbanismo, Juan Carlos Dextre, advirtió que los efectos visuales de la fuente podrían distraer a peatones, ciclistas y conductores, aumentando el riesgo de accidentes en este óvalo vial de importancia metropolitana. Señaló que, en otros países, este tipo de fuentes con luces y sonidos no se instalan en áreas con circulación vehicular y peatonal por el “ruido ambiental” que generan y la interferencia con la visibilidad de las señales de tránsito.
Por su parte, el arquitecto urbanista Manuel Zubiate, director Nacional del Colegio de Arquitectos del Perú, señaló que la fuente está diseñada pensando más en los turistas que en los vecinos. Explicó que Miraflores no necesita este tipo de atracciones luminosas para atraer visitantes, ya que su valor reside en la calidad del distrito, la seguridad y su infraestructura hotelera. Para Zubiate, el proyecto es un “atractivo artificial” que puede deformar la esencia del distrito y generar un círculo vicioso de deterioro urbano.
Zubiate agregó que, dada la función vial del óvalo, lo que se requiere es mantener la pileta en buen estado, eliminar elementos perturbadores y apostar por una solución más sencilla, como sembrar flores e iluminar el espacio de manera adecuada. Consideró que un diseño sobrio es más adecuado para este espacio público, y recomendó realizar concursos de arquitectura y diseño, así como mejorar la comunicación con los vecinos para proyectos futuros.
Hasta el cierre de esta edición, la Municipalidad de Miraflores no había respondido a las preguntas enviadas por Perú21 para obtener comentarios oficiales sobre estas críticas y el desarrollo de la obra.
Finalmente, el arquitecto Zubiate concluyó que el turismo contemporáneo es vivencial y busca experiencias auténticas, no simples atracciones artificiales. Por ello, insistió en que las inversiones deben estar orientadas a mejorar la calidad de vida de los residentes y preservar la identidad urbana, evitando la saturación de infraestructura turística que podría perjudicar el carácter y la funcionalidad del distrito.