Durante la segunda sesión de la Mesa de Trabajo del proyecto Tren Lima–Chosica, los representantes de las instituciones participantes coincidieron en la urgencia de dar continuidad a esta iniciativa, con énfasis en garantizar la seguridad tanto de los pasajeros como de los vecinos que viven en el área de influencia del trazado ferroviario.
En esta reunión participaron representantes del Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC), el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), Ositrán, la ATU, Sunat, la Defensoría del Pueblo y la concesionaria Ferrovías Central Andina. Sin embargo, por segunda vez consecutiva, ningún representante de la Municipalidad de Lima asistió a la convocatoria.
Uno de los acuerdos centrales fue que el futuro servicio ferroviario debe avanzar mediante la mejora de la infraestructura existente. Para ello, se plantea una modificación al contrato de concesión, con el MTC como entidad concedente, en coordinación con Ositrán, el MEF y el concesionario, a fin de garantizar condiciones adecuadas para los usuarios y un servicio seguro y eficiente.
El viceministro de Transportes, Ismael Sutta, señaló ante la prensa que la puesta en marcha del tren podría tomar alrededor de 39 meses, considerando etapas clave como el segregado de la vía y la adquisición de predios, principalmente en los cruces de avenidas, con el fin de reducir los riesgos asociados a la operación ferroviaria.
Sutta también informó que los participantes de la mesa han acordado avanzar de forma más ágil, explorando alternativas como el «fast track», en lugar de desarrollar un expediente técnico tradicional. Aunque no se comprometió con una nueva fecha más breve, resaltó que el objetivo común es acortar al máximo los plazos de ejecución del proyecto.
Si bien aún no hay una fecha oficial para el inicio de obras, el MTC proyecta definir el cronograma técnico y administrativo antes de fin de año, siempre que se logren destrabar los temas prediales y administrativos pendientes. Paralelamente, se evalúan aspectos como el tipo de concesión, el modelo de inversión y el plan de ejecución, con el objetivo de garantizar la viabilidad técnica y financiera del tren, que podría transportar a más de 100,000 personas al día y reducir los tiempos de viaje en más del 60% entre Lima Este y el centro de la ciudad.