En el cambiante escenario del mercado inmobiliario limeño, un dato rompe esquemas: El 42% de quienes invierten en viviendas u oficinas son mujeres. Así lo revela un reciente estudio elaborado por Marcan Inmobiliaria, que analiza la evolución de más de 6 mil clientes entre 2003 y 2025.
Ya no se trata solo de adquirir una vivienda familiar. Las mujeres peruanas están apostando por propiedades que ofrezcan rentabilidad, diversificación y generación de ingresos. Y, en esa línea, el segmento de oficinas boutique también se ha convertido en un rentable vehículo de inversión.
“El perfil de la mujer inversionista ha cambiado. Hoy prioriza productos inmobiliarios que le generen ingresos, que refuercen su autonomía económica y que tengan potencial de crecimiento. Y las oficinas, por ejemplo cumplen con todos esos criterios”, señala Inés Becerra, gerenta comercial de Marcan Inmobiliaria.
La evolución al detalle
El informe de Marcan muestra un cambio progresivo y sostenido:
- 2003-2007: Sólo el 32% de las compras eran realizadas por mujeres, todas enfocadas en vivienda familiar.
- 2016-2020: La participación sube a 40%, con un 26% del ‘stock’ en productos no residenciales (como oficinas y consultorios).
- 2024 a hoy: El 42% de las compradoras son mujeres, con el ‘ticket’ más alto hasta la fecha: S/.486,000. El 78% del ‘stock’ vendido corresponde a oficinas boutique, confirmando su preferencia por activos rentables y estratégicos.
Un nuevo lenguaje de inversión
Durante años, el producto inmobiliario se diseñó para el comprador familiar tradicional. Hoy, las desarrolladoras deben responder a un nuevo perfil de cliente: La mujer inversionista.
“Esta transformación no es anecdótica, es estructural. La mujer peruana está tomando decisiones financieras informadas, busca independencia y reconoce el valor de invertir en espacios de alta rotación y baja vacancia”, anota Becerra.
Este nuevo perfil ya no solo lidera negocios, proyectos o empresas: También lidera decisiones de inversión. Por ello, en Marcan Inmobiliaria, esta evolución se observa con claridad y se traduce en una nueva forma de diseñar, comunicar y ofrecer espacios pensados para una mujer que ya no solo compra para vivir, sino para hacer crecer su capital.