A unos 24 kilómetros del centro de la ciudad de Arequipa se encuentra el distrito de Yarabamba. Esta localidad, que tiene solo cerca de 1,500 habitantes, es una de las que más recursos recibe a nivel nacional por concepto de canon y regalías mineras y esto, al menos en el papel, permitiría que las autoridades locales de turno tengan los recursos suficientes para atender las brechas de acceso a servicios básicos de la población. Pese a ello, según el último censo disponible (2017), menos del 10% de los hogares del distrito cuenta con acceso a agua, saneamiento, electricidad y telefonía a la vez.
ReAcciona realizó un análisis, compartido en exclusiva con Gestión, examina la situación de este distrito y las limitaciones para ejecutar el presupuesto que recibe.
Para este año, Yarabamba cuenta con un Presupuesto Institucional Modificado (PIM) de S/107.3 millones. Esto implica que, en promedio, el gobierno local tiene con algo más de S/70,000 en promedio por habitante para atender sus necesidades de infraestructura durante el año. La cifra es generosa comparada con lo registrado a nivel de toda la región (S/ 2,045 por habitante para inversión), pero los datos al cierre de abril muestran que apenas se ha ejecutado 8.4% de lo presupuestado.
Recursos. S/ 1,538 millones es el presupuesto público para proyectos que tienen –en conjunto– todas las municipalidades de Arequipa para este año. Al cierre de abril, ya habían ejecutado 21.6%.
Análisis
Iván Portocarrero, director de análisis de Apoyo Consultoría y vocero de ReAcciona, observa que esta falta de ejecución de la inversión pública es un problema estructural a nivel nacional.
Luis Fernando Alegría, economista jefe de ReAcciona, recuerda que cada sol que cualquier nivel de gobierno deja de ejecutar en inversión pública tiene más efectos que solo una obra paralizada: “Esa obra que no avanza implica una persona que no está trabajando en el proyecto, y no está consiguiendo dinero para sostener a su familia”.
Al mismo tiempo, las empresas (sean micro, pequeñas, o grandes) que abastecen al ejecutor de las obras tendrán menos oportunidades de negocios y de generar empleos para más personas. Además del efecto económico de la inversión, el impacto social y sobre el bienestar de la población hace que la inversión pública sea fundamental como un motor que debiera estar en funcionamiento permanente.
El informe se da en el marco de la presentación de hoy en Arequipa del proyecto ReAcciona, que permitirá –a través de la información contenida en app o web– que todos los ciudadanos puedan vigilar que los proyectos de inversión en ejecución no se paralicen.
“Una ciudadanía empoderada y vigilante es un primer paso para que el país pueda comenzar a revertir los indicadores bajos de ejecución de la inversión pública y esta pueda ser más efectiva en el cierre de brechas”, dice Portocarrero.
Detalles de Yarabamba
El avance de la inversión pública en Yarabamba sugiere que es “(otro) mendigo sentado en un banco de oro”: el problema no sería su falta de recursos, sino el riesgo de que le quiten el banco. Como se recuerda el Poder Judicial dictó 9 meses de prisión preventiva a Manuel Aco Linares, tras poco más de 13 meses de haber asumido como alcalde distrital, por presuntos actos de corrupción.
Este bajo avance contrasta con el 17.5% de ejecución de inversión pública que ha avanzado Cerro Colorado, el 25.6% del distrito de Majes, 15.3% de Tiabaya o el 23.9% del Gobierno Local de Aplao; que completan el ‘top 5′ de municipios con mayor presupuesto para inversión este año en la región Arequipa.
Pies de plomo
Los bajos niveles de avance de la inversión pública son un problema que afecta, en mayor o menor medida a toda la población de la región Arequipa, y es importante destacar que hay muchos proyectos en los que aún no se desembolsa ni un sol. De todos los proyectos de inversión a cargo de los gobiernos locales en Arequipa, que cuentan con presupuesto para este año, en más de la mitad de ellos no se había gastado ni un sol al cierre del cuarto mes.
Se trata de 1,131 proyectos (51.5% del total) que implican un presupuesto de S/396 millones (25.7% del PIM total). Cerca del 22% de todos los recursos sin ejecución se concentran en 10 proyectos.
En este punto, es importante preguntarse por qué es tan relevante poner bajo la lupa los resultados de la inversión pública. Una primera respuesta es que, siguiendo con la lógica de la descentralización, los distintos niveles de gobierno pueden estar más cerca de las necesidades de la población y, en teoría, podrían identificar mejor cómo atenderlas.
Por el lado presupuestal, y en términos económicos, son los gobiernos locales quienes tienen una mayor participación en la bolsa de recursos. En el caso de la región Arequipa, del total del presupuesto para inversión de este año, los distritos han recibido el 57.9%, el gobierno regional el 24.4%, y el Gobierno nacional está a cargo del 17.7% restante. La región atraviesa por un contexto económico relativamente complicado considerando que, según cifras del INEI, su actividad se contrajo 1.0% durante el 2023.
A pesar de que las cifras de avance de la inversión pública en lo que va del 2024 son desalentadoras respecto a lo presupuestado, la comparación con lo que fue el año pasado es una señal favorable. El último reporte de actividad económica para Arequipa del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) da cuenta de que la inversión pública está siendo un motor clave en su recuperación. En ese sentido, es importante anotar que el gasto de capital de la región se ha incrementado 18% interanual en los primeros cuatro meses de este año.
Ante esto, cabe preguntarse cuánto crecimiento adicional podría tener la región si la inversión pública se gestionara de manera más eficiente.
El talón de Aquiles
La radiografía de la ejecución de proyectos en la región no estaría completa sin abordar el tema de la calidad del gasto y los sectores que son priorizados al momento de asignar los recursos.
A pesar de que la pandemia desnudó las deficiencias estructurales del sector salud en el país, este no está en el ‘top 5′ de prioridades. De hecho, Salud es la sexta función con mayor presupuesto para inversión en la región (S/148 millones) y, de lo que depende del Gobierno nacional, apenas se ha ejecutado 1.5% durante el año; mientras que el gobierno regional ha ejecutado solo 4.9%. Ambas cifras están significativamente por debajo de los avances en otras funciones.