El Instituto Geológico, Minero y Metalúrgico (Ingemmet) presentó el boletín ‘Peligro geológico por movimientos en masa en los distritos de Ate, Chaclacayo, Cieneguilla, El Agustino, La Molina, Lurigancho, San Juan de Lurigancho y Santa Anita’, en el que se advierte que amplias zonas del este de Lima presentan alta y muy alta susceptibilidad a deslizamientos, caídas de rocas y flujos de detritos.
El estudio, desarrollado por la Dirección de Geología Ambiental y Riesgo Geológico, analizó imágenes satelitales, modelos digitales de elevación y verificaciones en campo para identificar 921 eventos geológicos, de los cuales el 90.88% corresponde a movimientos en masa. Los distritos con mayor número de ocurrencias son San Juan de Lurigancho (320), Lurigancho (293), Ate (131) y Cieneguilla (103).
De acuerdo con el análisis de susceptibilidad, el 67% del área evaluada presenta niveles alto o muy alto de riesgo, concentrados principalmente en laderas de montañas y colinas empinadas.
Además, se identificaron 94 áreas críticas, distribuidas principalmente en Lurigancho (36) y San Juan de Lurigancho (27), seguidas por La Molina, Cieneguilla, Chaclacayo, Ate, Santa Anita y El Agustino.
Entre las quebradas más vulnerables figuran Cusipata, Los Cóndores y Huascarán en Chaclacayo; California, Quirio y Vizcacheras en Lurigancho; y Media Luna en San Juan de Lurigancho. Estos sectores combinan terrenos inestables, alta pendiente y una expansión urbana acelerada, lo que incrementa el riesgo ante lluvias intensas o sismos de gran magnitud.
Recomendaciones
El Ingemmet recomienda a las autoridades incorporar, de manera urgente, los resultados del estudio en los planes de gestión del riesgo de desastres, promover la reubicación de viviendas en zonas peligrosas y realizar evaluaciones técnicas específicas (EVAR) para diseñar obras de mitigación. También sugiere fortalecer la educación comunitaria y la señalización de rutas de evacuación.
Ingemmet, tras evaluaciones de peligros geológicos en Lima Metropolitana y Callao, identificó un total de 95 zonas críticas y 891 peligros geológicos activos, que comprenden procesos como derrumbes, caída de rocas, deslizamientos y vuelcos, que pueden ser detonados por movimientos sísmicos.