La Municipalidad Metropolitana de Lima (MML) ha anunciado un ambicioso proyecto: la construcción de la Arena Lima, un moderno recinto para espectáculos y eventos de gran escala. El proyecto se desarrollaría en un área del Parque de las Leyendas, ubicado en el distrito de San Miguel, y busca consolidar a la capital como un destino de referencia para grandes conciertos y encuentros internacionales.
Con una inversión estimada en 80 millones de soles, la obra se plantea como una concesión público-privada. La infraestructura contaría con capacidad para hasta 20 mil personas, y contemplaría zonas VIP, gradas retráctiles, un sistema acústico de última generación y estacionamientos subterráneos, según informaron las autoridades metropolitanas.
El recinto no solo albergaría conciertos, sino también eventos deportivos, ferias, convenciones y exposiciones. Además, el diseño está pensado para integrarse con el circuito turístico y natural del Parque de las Leyendas, garantizando, según la MML, que no se afectarán las zonas arqueológicas ni los hábitats de los animales.
Pese a las garantías ofrecidas, el proyecto ha generado controversia entre vecinos, ambientalistas y autoridades distritales. Mientras la Municipalidad de Lima destaca el impacto económico y cultural que traería la Arena Lima, sectores críticos advierten sobre una falta de diálogo y planificación.
El conflicto se intensificó luego de que la Municipalidad de San Miguel declarara no haber sido informada oficialmente del proyecto. Un vocero del municipio expresó su malestar ante los medios, señalando que no se ha recibido ninguna iniciativa formal de parte de la MML, pese a tratarse de una obra dentro de su jurisdicción.
“Nos estamos apersonando y oficiando a Lima Metropolitana para conocer detalles de este proyecto”, declaró el representante, subrayando que la comuna tomará en cuenta la voz de sus vecinos para definir una posición institucional: “La última palabra la tiene el vecino”, añadió.
Desde la comunidad, la reacción ha sido de rechazo. Diversos colectivos vecinales han manifestado su oposición, alegando que un recinto de esta magnitud traería problemas como congestión vehicular, contaminación sonora y sobrecarga de servicios básicos durante eventos masivos. También temen la pérdida de áreas verdes en favor de accesos vehiculares y estacionamientos.
Uno de los puntos que más inquietud genera es el modelo de gestión propuesto: una concesión por 43 años, revelado recientemente por el exregidor metropolitano Jorge Valdez. “Estas figuras, si no se fiscalizan bien, terminan beneficiando únicamente a las empresas privadas”, advirtió, cuestionando el entusiasmo con el que se aprobaría una concesión tan extensa.
Valdez también hizo un llamado a la responsabilidad política: “Los regidores y el alcalde deben velar por los intereses de la ciudad, no por ceder espacios públicos para actividades privadas sin la debida supervisión. No podemos seguir entregando el patrimonio de Lima sin un análisis riguroso”, concluyó.